sábado, 7 de junio de 2014

Inglés y mercadotecnia

Nada más natural en estos tiempos −comenta don Claro Yosiopino, dejando su cerveza León en la mesa-. El idioma español es hablado por más de mil millones de personas y tiene un peso específico en la cultura y los negocios. Nadie lo duda. Pero el inglés es el lenguaje universal. Es el idioma de las actividades comerciales, define nichos de mercado y la clientela. Y eso tampoco se discute

-Mi estar mocho de acuerdo con usted, mister Yosiopino -exclama Sir Alfred Norman-. Idioma Inglés estar diseñado para crear una tenue, pero exacta división entre personas y evitar confundir posibles prospectos.

"Ai am complitli agri guit yu bot" −champurrea Cecilio Kutz, empresario constructor, que sabe lo decisivo de separar de una buena vez el avance del norte de Mérida con el de Ciudad Caucel y para eso lo indicado es desmotivar al huiro a acercarse a los multifamiliares afuera del Periférico-. "If dey jardly spic spanix, imayin guen dey si dos expectaculars in inglish. Don onderstan noting".

-Español ser idioma mucho hermoso y servir para llamar taquerías, panucherías y mercado local de medio pelo, pero si uno querer atraer mercado extranjero no recomendar su uso. Además no ser tan apantallante como inglés -remata don Alfred.

Exactamente -interviene don Yosiopino-. No es lo mismo, por más que quieran las costumbres ancestrales llamarlas "Torres Campiranas", según traducción fiel de un servidor. Lo campirano es referencia a vacas, pastizales, huertas y quintas. Country, en cambio, es más cercano al edén  perdido, pero sin mezclarse con el aire común y corriente que existe a cinco metros de altura. No hay como un piso quince para marcar distancia; la sana distancia.

Puestos ya de acuerdo, los tres individuos estampan su firma en carpetas que contienen contratos para desarrollar el extraordinario concepto: "Where you and your wallet deserve to be", que mediante pirámides, islas artificiales, canal de remo hasta Progreso, "Unidad de Manejo Animal" con venados, helipuerto y marina, proyecta a la modernidad al estado de Yucatán. Pero no por este avance extraordinario se diga que se abandona a su suerte al nativo y los programas de desarrollo no lo alcanzan. 

Siempre se podrán ver los letreros "Se vende xix caliente", rumbo a los aglomerados sociales que proliferan alrededor de la ciudad.

 

 

 

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